Salir en familia y disfrutar del aire libre es una excelente manera de mantenerse activos y una oportunidad perfecta para fortalecer lazos y crear recuerdos inolvidables. Tratar de hacer planes, especialmente cuando lllega el fin de semana, permite desconectar de la rutina diaria, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo de todos los miembros de la familia.
Cuando pasamos tiempo al aire libre, también fomentamos la curiosidad de los niños por la naturaleza y les enseñamos a apreciar el entorno que nos rodea. Ya sea en un parque cercano o en una escapada a la montaña, la clave es estar juntos y disfrutar al máximo cada momento.
Actividades para realizar en familia fuera de casa
A veces nos cuesta salir de la rutina o simplemente no se nos ocurren cosas para hacer en familia fuera de casa que involucren a todos los miembros, desde los pequeños hasta los más mayores. Sin embargo, seguro que sabes que salir de la rutina puede ser más beneficioso de lo que imaginamos.
Por eso, aquí te traemos una lista de actividades para hacer en familia fuera de casa. ¡Coge papel y lápiz, que vamos a divertirnos!
Ir de picnic
Es un plan que podéis hacer en la playa, en la montaña o en un parque cerca de casa. No importa dónde viváis. Basta con llevar la comida en la mochila, poner una manta en el suelo y disfrutar del día. Además, podéis aprovechar para practicar algunos juegos de los que os propondremos en algunos de los puntos siguientes.
Un picnic también es una gran oportunidad para que los niños participen en la preparación de la comida, como hacer bocadillos o elegir la fruta. ¡Todo sabe mejor cuando está preparado con cariño!
Practicar deporte
Inculcar a nuestros hijos hábitos de vida saludable es una de nuestras tareas como padres. Si además hacemos que disfruten y pasamos el día en familia, mucho mejor. Con el buen tiempo, practicar deportes como fútbol o baloncesto con nuestros hijos puede ser una buena opción, así como ir a pasear en bici o en patines.
También podríais probar actividades como el senderismo, que se adapta a todas las edades, o hacer una ruta en bicicleta por un entorno natural. Practicar deporte juntos es siempre un plan para toda la familia, nos aporta salud física y mental.
Juegos de cuando éramos pequeños
Recurrir a los juegos de cuando nosotros éramos niños siempre es una buena opción. ¿Quién no ha volado cometas, saltado a la comba o jugado a la yincana, al escondite o al pollito inglés? Todos ellos son juegos pensados para jugar al aire libre, y además son perfectos para involucrar a todos los miembros de la familia, desde los más pequeños hasta los adultos.
Recuperar los juegos tradicionales no solo ayuda a los niños a estar activos, sino que también les permite conocer cómo nos divertíamos nosotros cuando no había consolas ni tecnología. ¡Es un plan perfecto para recordar buenos tiempos!
Salir a ver las estrellas
Si queremos hacer algo diferente, podemos proponer un plan nocturno para nuestros hijos. Esperar a que oscurezca e ir a observar las estrellas puede ser un plan divertido y educativo. Puedes utilizar un telescopio o incluso aplicaciones de móvil que te indican las estrellas y sus nombres. ¡Seguro que será un buen recuerdo tanto para ellos como para ti!
El simple hecho de mirar al cielo y hablar sobre el universo suele despertar la curiosidad de los más pequeños. Es un momento especial para hacer preguntas, compartir historias y disfrutar del silencio de la noche.
Excursiones en la naturaleza
Salir a la naturaleza siempre es una buena opción. Buscar una ruta de senderismo sencilla y adaptada para todas las edades puede convertirse en una gran aventura. Explorar el bosque, observar animales, identificar plantas y simplemente disfrutar del aire puro hará que toda la familia se sienta conectada.
No hace falta ser expertos montanistas; lo importante es la actitud de exploración y el deseo de disfrutar juntos. Además, podríais llevar una lupa para observar insectos o recoger hojas y piedras interesantes como pequeños tesoros que podrán conservar de recuerdo.
Pasar el día en un parque de aventuras
Si queréis darle un toque de adrenalina al día, podríais visitar un parque de aventuras o un parque temático. Muchos tienen actividades como tirolinas, rocódromos o incluso circuitos en los árboles que son aptos para toda la familia. Estos parques ofrecen experiencias para todos los niveles, desde los más pequeños hasta los más mayores.
Aparte de ser una actividad emocionante, los parques de aventuras fomentan la confianza y la colaboración, ya que a menudo los padres tienen que guiar y animar a los niños a superar ciertos retos.
Ir a un parque de animales
Visitar un parque de animales es otra manera excelente de pasar un día fuera de casa. Estos lugares permiten que los niños aprendan más sobre los animales y sus hábitats de una manera entretenida y educativa. Podéis convertir la visita en un juego: ¿quién encontrará primero al león? ¿Cuál es el animal favorito de cada uno? También podréis aprovechar para hacer preguntas sobre los diferentes tipos de animales, sus hábitats y comportamientos. Esta es una manera de pasar tiempo de calidad, fomentar la curiosidad de los más pequeños y aprender cosas nuevas sobre el mundo que les rodea.
Visitar algún castillo
A los niños les fascinan las historias de caballeros, dragones y princesas, y visitar castillos puede hacer que estas historias cobren vida. Podéis planear una ruta de castillos o monumentos históricos en vuestra región. Contar anécdotas o imaginar batallas y leyendas mientras exploráis estos lugares es una forma maravillosa de aprender sobre historia y cultura sin que los más pequeños lo sientan como una lección aburrida.
Talleres al aire libre
Algunas ciudades ofrecen talleres para niños y adultos en parques públicos, desde manualidades hasta clases de yoga. Un taller al aire libre puede ser una forma genial de aprender algo nuevo mientras disfrutáis del buen tiempo. Pintar juntos, hacer figuras de barro o aprender a hacer jardinería en un huerto comunitario puede ser un plan diferente y muy enriquecedor.
Buscar tesoros: Geocaching
¿Has oído hablar del geocaching? Es una especie de búsqueda del tesoro moderna que puede ser una actividad increíblemente divertida para toda la familia. Con un GPS o una aplicación de móvil, os embarcaréis en una aventura para encontrar «tesoros» escondidos por otras personas. Este tipo de actividad combina tecnología, naturaleza y exploración, y puede ser una excelente manera de motivar a los niños a caminar sin que se den cuenta del esfuerzo.
Hacer una visita a una granja escuela
Para los niños que adoran los animales, una visita a una granja escuela puede ser el plan perfecto. En estas granjas podrán dar de comer a los animales, aprender cómo se cuidan y, en algunos casos, incluso ordeñar una vaca, hacer pan casero o recoger huevos. Esta actividad es muy educativa y permite a los pequeños comprender mejor de dónde vienen algunos de los alimentos que consumimos cada día.
Día de pesca en familia
Aunque no todos sean fanáticos de la pesca, un día de pesca en familia puede ser muy relajante. Es una actividad que permite desconectar del bullicio de la ciudad y disfrutar de la tranquilidad del agua. Los niños pueden aprender a tener paciencia, a respetar los tiempos de la naturaleza, y aún si no pescáis nada, seguro que disfrutáis de un día diferente, entre charlas y risas.
Parque de atracciones o feria local
Ir a un parque de atracciones o a una feria local siempre es sinónimo de diversión. Montarse en las atracciones, ganar premios en las casetas o simplemente disfrutar de un algodón de azúcar puede ser una forma mágica de pasar el día juntos.
Si los niños son pequeños, muchas ferias locales tienen atracciones aptas para su edad, y siempre hay zonas donde descansar y compartir algo de comer.
Visitar un mercado al aire libre
Los mercados al aire libre son una excelente actividad para hacer en familia. A los niños les encantará ver los diferentes puestos llenos de frutas, verduras, quesos y otros productos, y podrán aprender más sobre la importancia de los alimentos frescos y locales. Además, suelen haber puestos de comida rápida donde se puede disfrutar de algo delicioso antes de seguir con el día.
Otro tipo de mercados que pueden resultar muy interesantes para visitar en familia son los rastros de segunda mano o los mercados medievales. En los rastros de segunda mano, los niños pueden aprender sobre la importancia de reciclar y reutilizar, y encontrarán todo tipo de objetos curiosos con los que dejar volar su imaginación.
Por otro lado, los mercados medievales ofrecen una experiencia única: música, vestuario de época, y puestos de artesanía que recrean tiempos pasados. Los mercados medievales son una oportunidad perfecta para que los más pequeños conozcan un poco más sobre la historia de una forma divertida y entretenida.
Día de playa con juegos de arena
Un día de playa siempre es un buen plan, y si además lo complementamos con juegos de arena, la diversión está asegurada. Construir castillos, hacer figuras o jugar a enterrar los pies son actividades clásicas que no pasan de moda. Llevar una pelota o una red de voley también puede hacer que el día sea más activo y emocionante.