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Miedo a la oscuridad en niños: Cómo ayudarles a superarlo

Nino en la cama con su osito de peluche para dormir

El miedo a la oscuridad es un temor común en la infancia que puede generar noches difíciles tanto para los niños como para los padres. Este miedo, que generalmente aparece entre los 2 y 6 años, está vinculado al desarrollo de la imaginación y a la sensibilidad emocional de los pequeños. 

En Molto, entendemos la importancia de abordar este tema para asegurar el bienestar de tus hijos. Por eso, en este post exploraremos las causas de este miedo, los factores que pueden agravarlo y, lo más importante, compartiremos consejos prácticos para ayudar a los niños a superarlo y a dormir tranquilos.

Nictofobia o miedo a la oscuridad en los niños

La nictofobia, también conocida como miedo a la oscuridad, es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso y persistente a la noche o a la oscuridad. Puede afectar tanto a niños como a adultos, si bien es cierto que en los niños es un comportamiento frecuente que acaba abandonándose con el tiempo. Aunque así sea, conviene detectarlo y acompañar al niño en el proceso de superar algo que le atormenta con el paso de los días.

Cómo detectar el miedo a la oscuridad en un niño 

El miedo a la oscuridad es común en la infancia, pero identificarlo temprano puede ayudar a los padres a tomar medidas para aliviar este temor. Aquí hay algunos signos y comportamientos que pueden indicar que un niño tiene miedo a la oscuridad:

  • No quiere dormir solo: Si el niño insiste en dormir con los padres o en mantener una luz encendida durante la noche, podría estar manifestando miedo a la oscuridad.
  • Tiene pesadillas o terrores nocturnos: Las pesadillas frecuentes o los terrores nocturnos pueden ser un indicio de que el niño tiene miedo cuando la luz se apaga.
  • Tiene ansiedad al acercarse la hora de dormir: Si el niño muestra signos de ansiedad, como llorar, quejarse o retrasar la hora de acostarse, esto puede ser una señal de miedo a la oscuridad.
  • Pide compañía constantemente: El niño suele pedir que alguien se quede con él hasta que se duerma.
  • Aumenta el uso de objetos de confort: Dependencia de peluches, mantas u otros objetos que les proporcionen seguridad.
  • Se despierta frecuentemente durante la noche: Los niños que se despiertan varias veces y buscan consuelo de los padres podrían estar asustados por la oscuridad.
  • Evita entrar en habitaciones oscuras: Si el niño evita entrar en habitaciones oscuras o necesita que se enciendan las luces antes de entrar, esto puede ser un signo claro de miedo.
  • Síntomas físicos: Algunos niños pueden experimentar síntomas físicos como sudoración, temblores o palpitaciones cuando están en la oscuridad.

Confirmar el miedo con el niño

Para confirmar tus sospechas, puedes preguntar directamente al niño sobre sus sentimientos hacia la oscuridad. Es importante hacerlo de manera suave y comprensiva, asegurándose de que el niño se sienta seguro y escuchado. Preguntas como «¿Te sientes asustado cuando las luces están apagadas?» o «¿Hay algo en la oscuridad que te preocupe?» pueden abrir una conversación que permita entender mejor sus temores.

También es interesante mantener un registro de las conductas relacionadas con la oscuridad para identificar patrones y confirmar el miedo. Observa si el niño muestra resistencia a apagar las luces, si insiste en dormir con una luz encendida, o si evita entrar en habitaciones oscuras. Anotar estos comportamientos a lo largo del tiempo ayudará a tener una visión más clara de la situación.

¿Por qué mi hijo tiene miedo a la oscuridad? Posibles causas

El miedo a la oscuridad es un fenómeno común en la infancia, y entender sus causas puede ayudar a los padres a manejarlo de manera más efectiva. A continuación te mostramos algunas razones clave por las que los niños desarrollan este temor:

1. Su imaginación está creciendo

A medida que los niños crecen, su capacidad para imaginar situaciones y seres irreales se amplía considerablemente. Esta etapa de desarrollo cognitivo, que suele ocurrir entre los 2 y 6 años, es cuando los niños empiezan a diferenciar entre la fantasía y la realidad. Sin embargo, su imaginación desbordante puede llevarlos a temer cosas inexistentes en la oscuridad, como monstruos o fantasmas.

2. Ha tenido alguna experiencia negativa

Las experiencias negativas o aterradoras en la oscuridad pueden dejar una impresión duradera en la mente de un niño. Un susto repentino, una pesadilla o incluso una historia de miedo pueden ser suficientes para que el niño asocie la oscuridad con el peligro y el miedo.

También puede haber recibido algún estímulo externo que le ha sobresaltado. Los medios de comunicación, como las películas, programas de televisión y libros que contienen elementos de terror, pueden influir significativamente en la percepción de los niños sobre la oscuridad. Incluso los comentarios casuales de amigos o familiares pueden sembrar el miedo en un niño.

3. Ha cambiado recientemente de casa o habitación

El cambio de casa o habitación puede ser una experiencia emocionante pero también desafiante para los niños. Este tipo de transición puede desencadenar o intensificar el miedo a la oscuridad.

4. Es especialmente sensible

Algunos niños son naturalmente más sensibles y pueden tener una mayor predisposición a la ansiedad y al miedo. Estos niños pueden sentirse más vulnerables en situaciones donde su visión está limitada, como en la oscuridad, aumentando así su sensación de inseguridad y temor.

5. Tiene inseguridad

La oscuridad representa lo desconocido y puede hacer que los niños se sientan inseguros, especialmente en aquellos que están sobreprotegidos. En ausencia de luz, los niños pierden referencias visuales que les brindan confort y seguridad. Esta falta de control sobre su entorno puede intensificar su miedo.

Consejos para ayudar a los niños a superar el miedo a la oscuridad

Ya hemos dicho que el miedo controlado a la oscuridad es común entre los niños. Aún así, con el enfoque adecuado, los padres podéis ayudarles a superar este temor. Aquí hay algunos consejos prácticos para brindarles seguridad y confort durante la noche:

  • Crea un entorno seguro y acogedor: Asegúrate de que la habitación del niño sea un lugar seguro y confortable. Utiliza una luz nocturna suave para mantener la habitación iluminada sin ser demasiado brillante. Asegúrate de que los objetos familiares y reconfortantes, como peluches o mantas, estén al alcance del niño. En este sentido, en Molto llevamos años trabajando con juguetes de compañía especialmente dedicados a esta tarea, como es el Gusy Luz, disponible en distintos modelos y con funcionalidades como: luz nocturna, cuenta cuentos o música relajante para dormir.
  • Establece una rutina de sueño consistente: Una rutina de sueño predecible puede ayudar a reducir la ansiedad a la hora de acostarse. Incluye actividades relajantes como leer un cuento, tomar un baño caliente o escuchar música suave. La consistencia en la rutina proporciona una sensación de seguridad y previsibilidad.
  • Habla abiertamente sobre sus miedos: Escucha y valida los sentimientos del niño sin ridiculizarlos. Explícale que es normal tener miedo a veces y que tú estás ahí para protegerlo. Preguntarles sobre lo que les asusta específicamente en la oscuridad puede ayudar a abordar esos temores de manera concreta.
  • Enséñale técnicas de relajación: Enseña al niño técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o incluso ejercicios suaves de yoga. Estas técnicas pueden ayudar a calmar su mente y cuerpo, reduciendo la ansiedad antes de dormir.
  • Genera una exposición gradual a sus miedos: Introduce gradualmente al niño a la oscuridad de manera controlada. Por ejemplo, puedes comenzar apagando la luz durante unos minutos mientras estás con él y luego aumentar gradualmente el tiempo que pasa en la oscuridad.
  • Fomenta en él la imaginación positiva: Anima al niño a usar su imaginación de manera positiva. Por ejemplo, puede imaginar que su peluche favorito es un valiente guardián que lo protege durante la noche. Crear historias positivas puede cambiar la percepción de la oscuridad.
  • Evita exponerle a contenidos aterradores: Limita la exposición del niño a programas de televisión, películas o libros que puedan asustarlo. Incluso las historias contadas por amigos o hermanos mayores pueden contribuir a su miedo.
  • Refuerza su independencia: A medida que el niño se sienta más seguro, anímalo a pasar más tiempo solo en su habitación durante el día. Esto puede ayudar a aumentar su confianza en el espacio y reducir su miedo a estar solo en la oscuridad.