Con el avance de la tecnología y la cantidad de videoconsolas que existen hoy en día, es normal que los niños salgan menos a jugar a la calle que antes. Sin embargo, jugar al aire libre es algo que debemos fomentar por los numerosos beneficios que conlleva. A continuación te comentamos algunas razones por las que los peques deberían combinar su rutina de juegos en casa con los juegos al aire libre.
Lo bueno de jugar al aire libre
Ejercicio físico
Una de las razones principales y que más peso tiene es el ejercicio. Corretear y jugar hasta cansarse es una forma fantástica de prevenir la obesidad infantil y desarrollar la actividad física de los peques. Además, los niños son enérgicos por naturaleza y el ejercicio es una forma sana de usar esa energía.
Relaciones sociales
Jugar fuera con niños no solo es divertido para ellos, sino que también es muy sano. Interactúan y se convierte en un estímulo positivo sobre todo para los niños más tímidos.
Diversificar la rutina
Combinar el ocio del peque en el hogar con el ocio en el exterior también supone un plus de variedad que siempre viene bien para fomentar su creatividad y posibilidades de juegos. Además, es una excusa perfecta para organizar algún plan en familia de lo más divertido. Desde irse a una montaña, una playa o a algún sitio nuevo para ellos.
Jugar con ellos
Aunque los juegos en casa también se prestan a jugar conjuntamente, las actividades al aire libre sirven para conocer cómo el niño se comporta y reacciona en un entorno con más padres y con más niños.
Desarrollo de la imaginación
Por norma general, los niños que juegan fuera de casa tienen que ingeniárselas para pasárselo bien. Y esto es positivo para ellos, ya que los niños tienen muchísima imaginación. Es recomendable que no siempre bajen con juguetes para que desarrollen su capacidad creativa y encuentren la diversión en otras cosas o se inventen sus propios juegos.